¿Por qué los círculos de hombres?

Hola, soy Ezequiel de Argentina pero desde 2015 viajo por Latinoamerica visitando lugares hermosos. En la gira trabajé principalmente dando talleres de clown y presentaciones con títeres. Desde 2016 que publiqué mi primer libro, incorporé el oficio de escritor. 

Cuando estuve en México fue muy revelador para mi, el vínculo y trato que tenemos los hombres entre nosotros. Como viajo con mi compañera, ella me ayudó mucho en evidenciar estas prácticas. Entonces tomé conciencia de la soledad en la masculinidad, la falta de redes de apoyo entre hombres, ausencia de grupos de contención emocional, etc. 

Al llegar a Costa Rica, tuve la posibilidad de quedarme unos años en este país. Algo que necesitaba después de estar 4 años de juglar itinerante. Al quedarme quieto, pude volver a establecer contacto con amigos de hace muchos años, también generar nuevas amistades. Pero siempre preocupado por el mismo tema, veía como mis amigas estaban más "presentes", comprometidas en el vínculo. En cambio, mis amigos eran un poco más distantes. Sentía que el lazo con ellos era de lealtad pero no de compartir cotidiano. Buscando entre mis referentes y personas que me inspiran, también descubrí que las mujeres ocupaban los primeros puestos. 

Un excelente panorama para auto-percibir como estaba disgustado con la masculinidad en general y mi propia forma de ejercerla. Todo lo referente a los hombres me sonaba a des-compromiso, frialdad, apariencia, competencia y peleas de espadas. Así me entristecí mucho. De todas formas no podía creer que TODOS los hombres sean iguales. Sino que era mi herida la que se reflejaba en el mundo externo. 

Empecé a buscar referentes positivos, que estuvieran lejos de los estándares holliwoodenses. Como dicen por ahí, la aceptación es el primer paso para sanar. Así fue que di con Francisco (Hombres Evolucionantes) como el primero de una gran lista de hombres que viven con conciencia y sentido. 

Para mí, este punto de inflexión fue un antes y un después en mi vida. Me ayudó a entender una espiritualidad diferente. Ver el desarrollo personal como algo ajeno al marketing, o éxito económico. Aceptar la energía masculina que hay en mí, incluso, hasta sanar la relación con mi padre. 

Al reconocer la fuerza de este cambio de perspectiva me involucré con grupos de hombres. En mis cursos de clown también sumé este tema. En conversaciones con mis amigas. Bueno, en todo. Hice un taller virtual para facilitadores y sumado a mi experiencia como educador popular, empezaron a crecer en mí las ganas  de generar espacios para conversar, reconocer, deconstruir y abrazar a todas las personas que se sientan en lucha con su propia masculinidad. 

Cuando releo todo esto, parece que fue un cambio de la noche a la mañana. Pero la verdad es que demoré meses en hacer este trabajo personal. 

No quería precipitarme y comenzar algo a ciegas, pero sucedió algo que me empujó. En el pueblo que vivo, un cantante popular fue denunciado por 7 mujeres que sufrieron abusos psicológicos y físicos por su parte. Todo el área cultural se sintió golpeada. Mis amigos artistas empezaron hablar y tomar un postura a favor o en contra. Pero nadie proponía un espacio de diálogo para crecer y sanar. 

Este hecho era la mejor "excusa" para comenzar. Incluso amigos en común hicieron la propuesta de empezar a reunirnos para hablar y sincerarnos. Encontrar herramientas desde la colectividad y colaboración para dejar de ejercer esas masculinidades desequilibradas, enquistadas y promotoras de creencias reduccionistas. 

El final feliz es que forjamos un grupo de "otras masculinidades" para reflexionar qué otras respuestas podemos brindar los hombres más allá de la clásica violencia patriarcal. 

Espero que mi relato ayude a otros a no sentirse solos, raros. Que ayude a buscar espacios para reflexionar sobre la construcción de la identidad consciente. 

¿Vos como te sentís?

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